Airean la pestilencia,
airean la infamia,
la demagogia airean.
con mis manos airean.
Purifican las palabras,
el sol y el aire
liberan y sanan.
Sol que apaga la náusea
de los mercenarios,
asesinos de certezas.
Aire que aventa exabruptos
de los lacayos,
sicarios del poder.
Verde vivo da la vida
a papeles muertos.
Sillas que levantan
Lázaros impresos.
Cada mañana, hechiceros
de la palabra,
indultan la libertad
Nigromantes sobre ruedas
alzan sus blancas chisteras,
y esfuman el hechizo
del desencanto.
Foto de Luis Manuel Guerra Bernal