La semana ha discurrido con un triple dos a uno, y por ahondar más en estas cifras, dos a favor y uno en contra, y con la sensación personal de que el equipo se ha achicado. Sí, es probable que haya mejorado (tampoco era tan difícil), pero la impresión es desalentadora, porque parece que, después de una inversión histórica en fichajes, hemos descendido unos cuantos peldaños en esa escalera hacia la gloria que con tanto trabajito subimos. El conformismo en las declaraciones del entrenador tampoco ayuda a sostener un discurso contrario, y el regreso a la mediocridad es un riesgo que se otea en el horizonte[…]
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