El Sevilla continúa en caída libre, por el momento no parece haber límites para el equipo en el peor sentido en el que se puede marchar, cuesta abajo y sin frenos. Si el Sevilla no viajase en avión y tuviera que regresar por la AP- 6, la bola de nieve que podría formar en su descenso no cabría en la tan palangana Dirección General de Tráfico.
Los sevillistas, habituados a la gloria de una década prodigiosa― esa sí que es histórica, vecinos y no la que o inventáis y extraéis de los pozos oscuros de la estadística―, estamos desconcertados y […]
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